Padre nuestro, que estás en el cielo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 4. 3)
El que tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la vida de san Luis Gonzaga quisiste dejarnos un modelo de pureza y en su muerte, un ejemplo heroico de servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes no hemos sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando Elías fue envuelto por el torbellino, Eliseo quedo lleno de su espíritu.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 48, 1-15
En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmo. En el nombre del Señor cerro las compuertas del cielo e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto.

 
¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú resucitaste del sepulcro a un muerto, lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo. Tú llevaste la ruina a los reyes y la muerte a los príncipes en su lecho. Tú escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí y sus palabras de castigo en el Horeb. Tú ungiste a reyes vengadores y nombraste como sucesor tuyo a un profeta.
 
En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. Escrito esta de ti que volverás, cargado de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y congregar a las tribus de Israel. Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos, cuando vuelvas.
 
Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino, Eliseo quedo lleno de su espíritu. Ningún príncipe lo intimido, nadie lo pudo dominar. Ninguna cosa le era imposible y aun estando en el sepulcro, resucito a un muerto. En vida hizo prodigios y después de muerto, obras admirables. 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.