Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
Cristo es nuestra paz; Él ha hecho de los judíos y de los no judíos un solo pueblo.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 13-18
Hermanos: Ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo.
Porque Él es nuestra paz; Él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; Él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; Él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.
Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca.
Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Jn 10, 27)
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
Andaban como ovejas sin pastor.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo: "Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco", porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos ahora nuestras plegarias al Padre. Hoy, de un modo especial, oremos por todas las mujeres que trabajan al servicio del Evangelio.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por la Iglesia, por todos los que queremos seguir a Jesús y tenerlo como pastor y guía. Oremos.
Por todas las mujeres creyentes, que quieren vivir el Evangelio en los distintos estados de la vida: en el matrimonio y la familia, en la vida religiosa, en la viudez, en la soltería. Oremos.
Por las mujeres que dedican su tiempo al servicio de la comunidad cristiana, en la catequesis, en la liturgia, en la caridad, en la enseñanza y el estudio, en las labores de limpieza y mantenimiento; también por las que están en asociaciones ciudadanas o en la acción social o política. Oremos.
Por todas las personas que sufren la pobreza o la discriminación; por las que se sienten solas y no saben cómo salir adelante en la vida. Oremos.
Por nosotros, por nuestras familias y amigos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y llena el mundo entero con tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 3, 20)
Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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