"Cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?"




RESPUESTAS DE FE S.D.A.


SANTA MARGARITA DE ESCOCIA REINA


MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Jdt 13, 18-19)


María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.


ORACIÓN COLECTA


Padre eterno, Dios nuestro, que has puesto en la Virgen María el trono real de tu Sabiduría, ilumina a la Iglesia con la luz de la Palabra que da vida, para que en el resplandor de la verdad caminemos hasta el pleno conocimiento de tu misterio de amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA


En medio del Mar Rojo apareció un camino plano y ellos brincaron como corderos.


Del libro de la Sabiduría: 18, 14-16; 19, 6-9


Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio. Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra.

 
La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el Mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos, dándote gracias, Señor, por haberlos liberado. 

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Del salmo 104

R/. Recordemos los prodigios del Señor.

 
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
 
El Señor hirió de muerte a los primogénitos de los egipcios, primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo, cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezó. R/.
 
Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos, con gritos de triunfo. R/.


ACLAMACIÓN (Cfr. 2 Ts 2, 14)

R/. Aleluya, aleluya.

 
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.


Dios hará justicia a sus elegidos que claman a él.


Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 1-8


En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

 
"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.
 
Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando' ".
 
Dicho esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, y que los hará esperar?
 
Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?"

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio de Santa María Virgen.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lc 1, 48 )


Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.