Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.





SAN VICENTE, SABINA Y CRISTETA MÁRTIRES


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 104, 3-4)


Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen la ayuda del Señor; busquen continuamente su presencia.


ORACIÓN COLECTA


Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


La oración del humilde llega hasta el cielo.


Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 35, 15-17. 20-22


El Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias. No menosprecia a nadie por ser pobre y escucha las súplicas del oprimido. No desoye los gritos angustiosos del huérfano ni las quejas insistentes de la viuda.


Quien sirve a Dios con todo su corazón es oído y su plegaria llega hasta el cielo. La oración del humilde atraviesa las nubes, y mientras él no obtiene lo que pide, permanece sin descanso y no desiste, hasta que el Altísimo lo atiende y el justo juez le hace justicia.


Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.

 


Del salmo 33


R/. El Señor no está lejos de sus fieles.


Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.


En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.

 

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes en Él esperan. R/.


Ahora sólo espero la corona merecida.


De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 16-18

 


Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.


La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

Palabra de Dios. 


Te alabamos, Señor.

 



ACLAMACIÓN (2 Co 5, 19)




R/. Aleluya, aleluya.


Dios reconcilió al mundo consigo, por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.


El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no.


Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 9-14

 


En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás:


"Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias'.

 

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: 'Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador'.

 

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".


Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo


PLEGARIA UNIVERSAL


Con la misma confianza con la que los niños se dirigen a sus padres, presentemos nuestras súplicas al Padre por medio de Jesucristo.


Después de cada petición diremos:


Jesús, hijo de David, escúchanos y aumenta nuestra fe.Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que demos siempre un buen testimonio de nuestra fe. Oremos.

Por los que no conocen a Jesucristo y por los que se han alejado del camino de la fe. Que puedan llegar a descubrir la luz del Evangelio. Oremos.

Por nuestros gobernantes. Que busquen siempre el bien y la seguridad de todos y se esfuercen para que nadie quede excluido del bienestar necesario. Oremos.

Por los países que viven sumergidos en la pobreza, la violencia, la injusticia. Que encuentren la fuerza necesaria para liberarse de estas situaciones inhumanas. Oremos.

Por todos nosotros. Que unamos cada día a la oración humilde y sincera nuestro testimonio de vida cristiana. Oremos.


Escucha, Padre, nuestras oraciones, y derrama tu amor sobre todos los hombres y mujeres del mundo entero. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 19, 6)


Llenos de júbilo porque nos ha salvado, alabemos la grandeza del Señor, nuestro Dios.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.