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Misa vespertina de la vigilia
Esta Misa se dice en la tarde del 24 de diciembre, antes o después de las primeras vísperas de la Navidad.
Esta noche sabrán que el Señor vendrá a salvarnos y por la mañana contemplarán su gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año revives en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, concédenos que, así como ahora acogemos a tu Hijo, llenos de júbilo, como a nuestro redentor, así también cuando venga como juez, podamos recibirlo llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor se ha complacido en ti.
Del libro del profeta Isaías: 62, 1-5
Por amor a Sión no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en la palma de su mano.
Ya no te llamarán "Abandonada", ni a tu tierra, "Desolada" a ti te llamarán "Mi complacencia" y a tu tierra, "Desposada", porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor; como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 88
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David mi servidor una alianza pacté con mi elegido:
`Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
Él me podrá decir. Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
Testimonio de Pablo acerca de Cristo, hijo de David.
Al llegar Pablo a Antioquía de Pisidia, se puso de pie en la sinagoga y haciendo una señal para que se callaran, dijo:
"Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste vivía como forastero en Egipto y lo sacó de allí con todo su poder. Les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un Salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias' ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
Mañana será destruida la maldad en la tierra y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo. R/.
Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, iniciar la celebración de las fiestas de la Navidad con un fervor digno del misterio que es el principio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Is 40, 5)
Se manifestará la gloria del Señor y todo el mundo verá la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu Hijo, que se ha hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de medianoche
Hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro salvador ha nacido en el mundo. Del cielo ha descendido hoy para nosotros la paz verdadera.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Un hijo se nos ha dado.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el signo del imperio y su nombre será: "Consejero admirable", "Dios poderoso", "Padre sempiterno", "Príncipe de la paz" para extender el principado con una paz sin límites sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 95
R/. Hoy nos ha nacido el Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
La gracia de Dios se ha manifestado a todos los hombres.
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (cfr. Lc 2, 10-11)
R/. Aleluya, aleluya.
Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo, el Señor. R/.
Hoy nos ha nacido el Salvador
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 1-14
Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio.
Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta.
Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo:
"No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre". De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos esta noche de Navidad, a fin de que, al recibirlas nosotros convertidas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos transformes en Él, en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que nos has concedido el gozo de celebrar esta noche el nacimiento de tu Hijo, ayúdanos a vivir según su ejemplo para llegar a compartir algún día con Él la gloria de su Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de la aurora
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 2. 6; Lc 1, 33)
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; se le llamará Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre del mundo futuro, y su Reino no tendrá fin.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios todopoderoso, que has querido iluminarnos con la luz nueva de tu Verbo hecho carne, concédenos que nuestras obras concuerden siempre con la fe que ha iluminado nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mira a tu salvador que llega.
Del libro del profeta Isaías: 62, 11-12
Escuchen lo que el Señor hace oír hasta el último rincón de la tierra:
"Digan a la hija de Sión: Mira que ya llega tu salvador. El premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Tus hijos serán llamados 'Pueblo santo', 'Redimidos del Señor', y a ti te llamarán 'Ciudad deseada', 'Ciudad no abandonada' ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 96
R/. Reina el Señor, alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
Nos ha salvado por su misericordia.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 3, 4-7
Hermano: Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro Salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Lc 2, 14)
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. R/.
Los pastores encontraron a María, a José y al niño.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 15-20
Cuando los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado".
Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nuestras ofrendas, Señor, sean dignas del misterio de Navidad que estamos celebrando, para que tú, que nos has revelado a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos hagas participar, por este pan y este vino, de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Za 9, 9)
¡Salta de alegría, hija de Sión! ¡Lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén! He aquí que viene tu Rey, el Santo, el Salvador del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar, llenos de júbilo, el nacimiento de tu Hijo, concédenos penetrar con fe profunda en este misterio y encontrar en Él la fuente de un amor cada vez más generoso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
En el principio ya existía aquel que es la Palabra.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Angel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de modo más admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar de la vida divina de aquel que ha querido participar de nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios.
Del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 97
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A éste me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hoy ha aparecido la bondad de Dios, hoy hemos conocido su amor. Por ello, confiadamente, oremos para que todas las personas puedan conocer y experimentar este amor. Oremos.
Después de cada petición diremos:
Padre, escúchanos.
Que nuestra mirada alcance hoy al mundo entero. Oremos por todos los hombres y mujeres de todas las naciones de la tierra. Oremos unidos.
De un modo especial, oremos por los que tienen su vida marcada por el dolor y la tristeza, sea cual sea el motivo. Oremos unidos.
Contemplando a Dios que tanto nos ama, pidamos de todo corazón por aquellos a quienes más nos cuesta amar; por las personas concretas que nos han herido o perjudicado. Oremos unidos.
Hoy, las comunidades cristianas de todo el mundo nos reunimos para celebrar al Dios hecho hombre. Oremos para que toda la Iglesia, y cada uno de los cristianos, seamos siempre un signo transparente del amor y la bondad de Dios. Oremos unidos.
Y finalmente, oremos por nosotros mismos, y por nuestras familias, por nuestros amigos y conocidos. Oremos unidos.
Escucha, Padre, nuestra oración. Por Jesucristo, tu Hijo, que hoy nace en nuestra familia humana y vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en la fiesta solemne de la Navidad, esta ofrenda que nos reconcilia contigo de un modo perfecto, y encierra en sí la plenitud del culto que los hombres podemos tributarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)
Sobre toda la superficie de la tierra se ha contemplado la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el salvador del mundo, que hoy nos ha nacido para comunicarnos su vida divina, nos dé también el don de su inmortalidad. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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